Hay tres formas de construir la polémica propuesta de Donald Trump. No hay muchas firmas nacionales que pudieran participar.
Donald Trump, próximo presidente de Estados Unidos, ganó las elecciones este martes con varias propuestas que afectan a México, como la construcción de un muro fronterizo con el que buscará erradicar la migración ilegal.
Es una obra improbable, opina Gustavo Arballo, presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), que prefiere no pensarlo como una oportunidad para las empresas mexicanas. “El muro es algo muy etéreo para nosotros. No es tan sencilla la construcción de un tema de esta naturaleza, tiene que haber temas relacionados con seguridad y flujos migratorios por delante”, dice Arballo.
La única valla como la que propone Trump que existe en el mundo es la que rodea Cisjordania. La obra empezó en 2005 y, de los más de 700 kilómetros previstos, sólo se han construido hasta ahora menos de 300. El costo por kilómetro está entre 1 y 2 millones de dólares.
En el caso de México, la frontera norte supera los 3,000 kilómetros. Entre ochos ingenieros consultados, no hubo un consenso sobre cómo sería la construcción en costo y tiempo, por ser una obra sin precedentes.
Hay tres alternativas de construcción mencionadas por los ingenieros para hacer la valla: la primera es levantar un muro tradicional, hecho de bloques, concreto y varilla; otra opción es edificarlo con prefabricados, lo que sería más rápido y barato; y la última es construir una barda perimetral de seguridad más sofisticada, como las de las cárceles o la de Israel.
La opción con prefabricados, por ejemplo, implicaría enormes retos de logística: grúas, plantas de fabricación de los bloques a lo largo de la frontera, camiones para su traslado y miles de trabajadores. Completar el muro con esta opción, la más rápida, ya “llevaría décadas”, dice uno de los ingenieros consultados.
En México, hay empresas que producen los materiales que requeriría la obra –cementeras, constructoras, productoras de prefabricados, proveedoras de materiales eléctricos, acereras–, pero participar en la construcción podría destruir su reputación en el país, explica un directivo de una constructora mexicana.
En el extranjero, la israelí Magal Security Systems, que hizo el muro en Cisjordania, es la única firma con experiencia en esta actividad.
9 de noviembre de 2016 (Expansión)
Donald Trump, próximo presidente de Estados Unidos, ganó las elecciones este martes con varias propuestas que afectan a México, como la construcción de un muro fronterizo con el que buscará erradicar la migración ilegal.
Es una obra improbable, opina Gustavo Arballo, presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), que prefiere no pensarlo como una oportunidad para las empresas mexicanas. “El muro es algo muy etéreo para nosotros. No es tan sencilla la construcción de un tema de esta naturaleza, tiene que haber temas relacionados con seguridad y flujos migratorios por delante”, dice Arballo.
La única valla como la que propone Trump que existe en el mundo es la que rodea Cisjordania. La obra empezó en 2005 y, de los más de 700 kilómetros previstos, sólo se han construido hasta ahora menos de 300. El costo por kilómetro está entre 1 y 2 millones de dólares.
En el caso de México, la frontera norte supera los 3,000 kilómetros. Entre ochos ingenieros consultados, no hubo un consenso sobre cómo sería la construcción en costo y tiempo, por ser una obra sin precedentes.
Hay tres alternativas de construcción mencionadas por los ingenieros para hacer la valla: la primera es levantar un muro tradicional, hecho de bloques, concreto y varilla; otra opción es edificarlo con prefabricados, lo que sería más rápido y barato; y la última es construir una barda perimetral de seguridad más sofisticada, como las de las cárceles o la de Israel.
La opción con prefabricados, por ejemplo, implicaría enormes retos de logística: grúas, plantas de fabricación de los bloques a lo largo de la frontera, camiones para su traslado y miles de trabajadores. Completar el muro con esta opción, la más rápida, ya “llevaría décadas”, dice uno de los ingenieros consultados.
En México, hay empresas que producen los materiales que requeriría la obra –cementeras, constructoras, productoras de prefabricados, proveedoras de materiales eléctricos, acereras–, pero participar en la construcción podría destruir su reputación en el país, explica un directivo de una constructora mexicana.
En el extranjero, la israelí Magal Security Systems, que hizo el muro en Cisjordania, es la única firma con experiencia en esta actividad.
9 de noviembre de 2016 (Expansión)
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