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miércoles, 20 de septiembre de 2017

El “gran sismo” México (2a. parte 07/09/2017)

Luces que se vieron durante el sismo


Las luces que iluminaron el cielo de la Ciudad de México
durante el sismo de 8.4 grados son un fenómeno natural
producto de la carga electromagnética que generan las rocas
I colapsarse durante el terremoto.
e llaman luces de terremoto, también conocidas como EQL
por sus siglas en inglés, son un fenómeno que se ha
observado antes o durante un sismo. Los científicos
consideran que el fenómeno lumínico se produce por el
choque de las capas tectónicas, las cuales generan una carga
léctrica.
Esas ondas electromagnéticas ionizan el aire, al llegar a la
nubes chocan con las cargas eléctricas y provocan los destellos.

El físico de la NASA, Friedemann Freund, presentó desde
2001 una de las teorías más aceptadas sobre el
fenómeno. "Si el nivel de estrés (entre las rocas) es alto,
aparecen cargas electrónicas que transforman
momentáneamente la roca aislante en un semiconductor".
Los semiconductores son materiales que tienen un nivel de
conductividad eléctrica -entre el de un metal y un aislante-- y
se utilizan para fabricar transistores.
"Estas cargas (eléctricas) no son fáciles de medir. Se mueven
con una velocidad impresionante, tan alta como 300 metros
por segundo", dijo. Al medir las propiedades semiconductoras
de las rocas, Freund pudo demostrar que "cuando las rocas se
aprietan, las cargas (eléctromagnéticas) se despiertan y
fluyen (hacia afuera) del volumen de roca en el que se
generaron".


"Cuando las piedras de la corteza terrestre crecen y se doblan
bajo el ataque de las fuerzas tectónicas, las cargas
(electromagnéticas) que están latentes en ellas son liberadas
y dan lugar a una deslumbrante variedad de fenómenos que
incluso son parte del folclore de los terremotos en varias
regiones del mundo", dijo Freund.
"Estos fenómenos van desde señales eléctricas y magnéticas
anómalas, hasta luces de terremotos que iluminan las cimas
de las montañas y generan un extraño comportamiento en los
animales".
"Es sorprendente y reconfortante que muchos fenómenos
aparentemente inconexos o incluso inexplicables que
apuntan a la inminente actividad sísmica parecen tener sólo
una causa: el despertar y la propagación de cargas
normalmente latentes en las rocas más profundas de la
Tierra", dijo.
Explicó que siempre que hay un movimiento de carga
eléctrica se produce una corriente, asociada a un campo
magnético, que se transformará en ondas electromagnéticas.
Cuando esas cargas llegan a la superficie de la Tierra
provocan que ésta adquiera una carga positiva, que abarcaría
varios cientos de kilómetros.

El plasma cargado en la ionosfera reflejaría estos cambios
por consecuencia, explica la teoría de Freund, ya que la
ionosfera contiene grandes concentraciones de electrones
libres y de cationes en las capas más bajas.
La ionosfera se localiza sobre la atmósfera terrestre, y
comienza aproximadamente a los 90 kilómetros y se extiende
hasta una altitud de 300.
Cuando la superficie de la tierra adquiere un carga positiva
desalojando al plasma de la ionosfera, electrones con un alto
nivel de energía provinientes de capas superiores penetran
capas más profundas de la atmósfera terrestre.
"Es demasiado pronto y, de hecho, no es aconsejable esperar
que los terremotos pronto llegarían a ser predecibles más allá
de la probabilidad estadística que es actualmente el estado
de la técnica", dijo Freund. "Pero un día, aprenderemos a leer
las señales que la Tierra inquieta emite antes de que las rocas
se rompan con una fuerza mortal".
El fenómeno es real, aunque las personas suelen confundirlo
con estallidos de transformadores eléctricos.

Los registros de este fenómeno se reportan desde épocas
antiguas, sin embargo, han podido documentarse en la era
moderna desde la década de 1960, con el terremoto de
Japón.
Hay fotos y videos del fenómeno antes del terremoto en Chile
de 2010; en LAquila, Italia, en 2009; en Perú, en 2007; y
recientemente, en Ecuador, el año pasado.

El “gran sismo” México (1a. parte 07/09/2017)

Luego del fuerte terremoto ocurrido el pasado 7 de septiembre con epicentro en el sureste de México, las alertas se han encendido en el país. El saldo es de más de 96 muertos, centenares de heridos y daños materiales incuantificables.

Sin embargo, lo peor estaría por venir. De acuerdo con la titular del Servicio Sismológico Nacional Xyolui Pérez Campos, a pesar que en días pasados se resintieron los estragos del denominado “temblor más fuerte en 100 años”, el sismo no fue tan devastador como el que se espera que suceda el país.

Al estar ubicado en una zona de alta actividad sísmica, el país corre peligro de presenciar un movimiento sísmico muy fuerte, alertó Pérez Campos; sin embargo señaló que es imposible precisar el día y la hora en que el fenómeno sucederá.

Y es que tras el sismo comenzó a circular en redes sociales información sobre la supuesta fecha de un nuevo temblor de 7.9 grados, lo cual encendió la polémica entre los usuarios de la web.

Hasta el momento se han presentado miles de réplicas como consecuencia del fuerte sismo, lo cual la población se mantiene en alerta.

lunes, 21 de agosto de 2017

Horarios del Eclipse Solar 21 de agosto en México


El Eclipse del Siglo en Estados Unidos

Este lunes 21 de agosto ocurrirá el eclipse de Sol, el cual será visible principalmente en Estados Unidos y parcialmente en Latinoamérica. 

Llamado el eclipse del siglo, todos podremos observar el acontecimiento desde abajo. La NASA lo hará por medio de dos aviones que perseguirán la sombra que se creará durante el eclipse total de Sol, con el fin de capturar imágenes inéditas hasta ahora del astro, con el objetivo de descifrar detalles desconocidos.

Este fenómeno astronómico será una gran oportunidad para que la comunidad científica realice experimentos durante el evento espacial.
A continuación te presentamos cinco de estos experimentos:

1Evidencia de 90 minutos


shutterstock
Millones de personas serán testigos de este acontecimiento astronómico. Científicos, estudiantes y personal de laboratorios especializados estarán atentos a este próximo eclipse de Sol.
Se trata del experimento llamado CATE (Continental-America Telescopic Eclipse), el cual tiene como fin capturar imágenes de la corona solar interna, ¿como? por medio de 68 telescopios, los cuales serán operados por científicos, universidades y escuelas secundarias. El objetivo es conseguir imágenes únicas de alta resolución durante 90 minutos.

2Medición del sonido


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El obtener buenas imágenes de este hecho será el objetivo de muchos científicos interesados en el fenómeno, pero ¿qué hay del sonido? Los estudiantes de la Universidad Estatal de Austin Peay de Tennessee pensaron en ello.
En colaboración con la NASA (Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio) los estudiantes universitarios establecerán experimentos de radio de baja frecuencia en campos de frijol cerca del sitio donde se observará el eclipse. El objetivo es captar el ruido de la radio durante el  acontecimiento astronómico para hacer comparaciones con las condiciones normales.

3Reacción de animales


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Si bien, los seres humanos somos los que notaremos la oscuridad que provocará fenómeno, ¿qué pasa con los animales? De cierta forma, también serán afectados.
En la Universidad Estatal Austin Peay (APSU), dos científicos observarán cómo es la forma en la que actúan los grillos y las vacas cuando el cielo se oscurezca. Es importante mencionar que este experimento no es el primero que se realiza para saber cómo reaccionan los animales en los eclipses, ya que en décadas pasadas se pusieron a prueba arañas y vacas.  

4Protección para la tecnología


shutterstock
Cuando ocurre una llamarada solar, es decir, cuando el Sol causa una explosión de radiación intensa, las consecuencias pueden repercutir en la transmisión de energía o en frecuencias de radio aquí en la Tierra.
Durante este evento, un grupo de investigación de Casper Mountain en Wyoming, EU tendrá la oportunidad de realizar experimentos que tengan como objetivo saber cómo evitar llamaradas solares en  satélites y redes eléctricas.

5Una perspectiva desde arriba


iStock
Todos podremos observar el acontecimiento desde abajo. La NASA lo hará por medio de dos aviones que perseguirán la sombra que se creará durante el eclipse total de Sol, con el fin de capturar imágenes inéditas hasta ahora del astro, con el objetivo de descifrar detalles desconocidos.
Este par de aviones modelo WB-57 tienen previsto despegar desde el Centro Espacial Johnson en Houston, Texas, y seguirán la sombra de la Luna sobre el estado de Missouri, los cuales volarán a 15,000 metros de altura.

Eclipses solares 2017 y 3000

La expectación ante el eclipse del 21 de agosto de 2017 es enorme. Sin embargo, los eclipses solares ocurren por lo menos dos veces al año, cuando la Luna y la Tierra se alinean con el Sol. Lo hasta cierto punto inusual de este evento es que la Luna tapará por completo la estrella, en vez de hacerlo parcialmente, y que la banda de oscuridad proyectada sobre la Tierra caerá sobre millones de personas, y no en el mar, sobre el plancton, o en los polos, sobre osos polares y pingüinos. 

Durante los próximos treinta años tendrán lugar cuarenta y seis eclipses solares de diferentes tipos. Búsquese un amigo y vaya.
En total serán sobre los 2354 eclipses solares que se producirán entre los años 2017 y 3000.

jueves, 27 de julio de 2017

Anillo de Diamantes: El eclipse solar de 2017


El primer eclipse total de Sol que atravesará Estados Unidos de costa a costa desde hace 99 años no solo constituye un espectáculo digno de verse, sino también una valiosa oportunidad científica.

Imagínese estar al aire libre durante los eclipses de Sol, disfrutar del universo que parece oscurecerse a su alrededor mientras las observaciones científicas que se realizan al rededor. En otros tiempos, a la gente se le sugería que se fabricase una cámara oscura o incluso que utilizase el rallador de queso de la cocina para presenciar el fenómeno. Pero, en la actualidad existen filtros para observar eclipses parciales o totales que sólo cuestan un dólar.

Ahora cualquiera puede mirar al Sol a través de uno de estos filtros, desde una hora y pico antes de la fase total, y ver cómo desaparece dejando un anillo de diamantes.

Imaginarse que durante los últimos minutos previos a la totalidad, la naturaleza de la luz ambiente cambia, de que se vuelve espectral. Las sombras se hacen más nítidas porque las produce una fina hoz de luz solar en lugar del disco completo del astro. El aire se enfría y el viento se agita. Es posible que bandas de sombras recorran deprisa el suelo.

Cuando falten ya pocos segundos, a medida que la Luna se coloque completamente delante del Sol, se filtrarán sólo unos cuantos haces de luz solar a través de los valles de la Luna, el Sol no se verá sino un arco de brillantes perlas, que van desapareciendo hasta que solo subsiste una, tan destellante que parece el diamante de un anillo; tal vez se percibirá un estrecho y rojizo reborde a los lados de la gema y un anillo blanquecino que rodea la silueta lunar. Y entonces el diamante también desaparecerá. En ese momento puedes y debes apartar los filtros y cabe mirar directamente a lo que queda del Sol, que es una región de su atmósfera hasta ese momento oculta por el cielo azul.

Se trata de la parte media e interior de la corona solar, una emanación de plasma que escapa de la superficie de la estrella. Es aproximadamente igual de brillante que la luna llena (un millón de veces más tenue que el sol de una mañana cualquiera) y tan seguro es mirarla como mirar sin protección a la luna llena. Primero vislumbraremos la corona como el anillo donde están montados los diamantes, y luego se nos presentará en todo su esplendor: un halo de gas de color blanco perlado que se extiende hasta una distancia de varios radios solares. Si tenemos suerte, podremos presenciar una violenta erupción de plasma disparada hacia el espacio interplanetario.

Pero, en realidad, ¿de qué sirve que intente describir para la imaginación con palabras un eclipse total de Sol? Es algo tan asombrosamente conmovedor y hermoso que nunca nadie ha logrado describirlo de la manera adecuada, la transmisión de emociones del momento, que a pesar de todo, me he quedado corto.

La televisión y las pantallas de ordenador tampoco les hacen justicia. Las fotografías aplanan el rango dinámico y se les escapa el impresionante contraste. Estar al aire libre mientras el universo parece oscurecerse, poco a poco al principio y luego más de 10.000 veces en tan solo unos segundos, es completamente desconcertante y despierta un miedo primario a que el Sol desaparezca para siempre.

Las palabras de Pasachoff, Jay M., Astrónomo del Colegio Universitario Williams y Presidente del Grupo de Trabajo sobre Eclipses Solares de la Unión Astronómica Internacional, en la cual su trabajo está financiado por la Sociedad Científica National Geographic y la Fundación Nacional para la Ciencia de EE.UU. Contempló su primer eclipse cuando aún era un estudiante universitario de primer año y se quedó enganchado. Desde entonces, he recorrido el mundo entero para ver 65 eclipses de Sol (incluidos 33 eclipses totales). Esta deseando al igual que millones de personas en el mundo, de que llegue el número 66 este 21 de agosto, cuando la franja de totalidad atraviese los Estados Unidos desde la costa Oeste hasta la Este por primera vez desde 1918.

Si puedes asistir a verlo, será una experiencia única e inigualable.

miércoles, 26 de julio de 2017

El eslabón perdido de la Humanidad

Investigando me encontré con una nota importante sobre la evolución del hombre, recientemente se encontraron hallazgos que hacen retroceder en 100.000 años, que nos hacen haber descubierto el origen del Homo Sapiens, que apuntan a la compleja historia evolutiva de la humanidad, que habría tenido lugar en toda África.

La revista Investigación y Ciencia, a través del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, menciona que los nuevos fósiles y herramientas de piedra descubiertos en el yacimiento arqueológico de Jebel Irhoud, en Marruecos, hacen retroceder los orígenes de nuestra especie unos 100.000 años y demuestran que hace unos 300.000 años tuvieron lugar en una gran parte de África, para que se dieran los cambios importantes en nuestra biología y comportamiento.

Un equipo internacional de investigadores dirigido por Jean-Jacques Hublin, del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, en Leipzig, y Abdelouahed Ben-Ncer, del Instituto Nacional de Arqueología y Patrimonio, en Rabat, han descubierto huesos fósiles de Homo sapiens, junto con herramientas de piedra y huesos de animales en Jebel Irhoud. Los hallazgos datan de hace unos 300.000 años y constituyen la prueba fósil más antigua de nuestra especie. Son 100.000 años más antiguos que los fósiles considerados hasta ahora, "los más antiguos de nuestra especie".

Los descubrimientos, que se describen en dos artículos recién publicados en Nature, revelan la compleja historia evolutiva de la humanidad, que probablemente sucedió en todo el continente africano.

Los datos genéticos de los humanos actuales y de los restos fósiles apuntan al origen africano de nuestra especie, Homo sapiens. Con anterioridad, los fósiles más antiguos de Homo sapiens, datados de hace 195.000 años, se habían hallado en el yacimiento de Omo Kibish, en Etiopía. En Herto, también en Etiopía, se había descubierto otro fósil de nuestra especie de 160.000 años. Hasta ahora, la mayoría de los investigadores creían, pues, que todos los humanos actuales descendíamos de una población que vivió en el este de África hace unos 200.000 años, pero los nuevos datos revelan que Homo sapiens ya se había extendido antes por todo el continente africano, hace unos 300.000 años. «Mucho antes de su dispersión fuera de África, se produjo una dispersión dentro del continente», comenta Hublin.

El yacimiento de Jebel Irhoud era conocido desde la década de 1960 por sus fósiles humanos y sus artefactos de la Edad de Piedra Media. Sin embargo, la interpretación de los restos de los homininos había resultado complicada desde hacía tiempo por las persistentes incertidumbres que rodeaban su antigüedad. La nueva excavación, que comenzó en 2004, reveló nuevos fósiles de Homo sapiens, que aumentaron de seis a 22. Los restos corresponden a cráneos, dientes y huesos largos de al menos cinco individuos. Para establecer su cronología, los investigadores utilizaron el método de datación por termoluminiscencia de piedras talladas calentadas con fuego halladas en los mismos depósitos, lo que arrojó una antigüedadad de unos 300.000 años. También emplearon métodos mejorados de resonancia de espín electrónico para la datación de los fósiles y obtuvieron datos concordantes con esa edad.

Los cráneos de los humanos actuales se caracterizan por una combinación de rasgos que nos diferencian de otras epecies emperentadas con la nuestra: un rostro pequeño y grácil y una cavidad craneal globular. Los fósiles de Jebel Irhoud exhiben un rostro y dientes similares a los actuales, y también presentan una gran cavidad craneal, aunque de aspecto más arcaico. Hublin y su equipo utilizaron la novedosa técnica de microtomografía computarizada y análisis estadísticos para demostrar que la forma de la cara de los ejemplares de Jebel Irhoud resultaba casi indistinguible de la de los humanos actuales. «La forma interior de la cavidad craneal refleja la forma del cerebro», explica Philipp Gunz, del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva. «Nuestros hallazgos sugieren que la actual morfología facial de los humanos surgió al inicio de la historia evolutiva de nuestra especie, y que la forma del cerebro, y posiblemente también las funciones cerebrales, evolucionaron dentro del linaje de Homo sapiens», dice Gunz.

La morfología y la edad de los fósiles de Jebel Irhoud también corroboran la interpretación de un enigmático cráneo parcial hallado en Florisbad, en Sudáfrica, que se había atribuido a un representante primitivo de nuestra especie. Los fósiles más antiguos de Homo sapiens se han encontrado, pues, en todo el continente africano: Jebel Irhoud, Marruecos (300.000 años), Florisbad, Sudáfrica (260.000 años) y Omo Kibish, Etiopía (195.000 años). Ello indica la compleja historia evolutiva de nuestra especie, que tuvo lugar en todo el continente africano.

«El norte de África no se había tenido en cuenta desde hace mucho tiempo en los debates acerca del origen de nuestra especie. Ahora, los descubrimientos espectaculares de Jebel Irhoud demuestran las estrechas conexiones del Magreb con el resto del continente africano en el momento de la aparición de Homo Sapiens», comenta Ben-Ncer.

Reconstrucción del cráneo del Homo sapiens más antiguo conocido hasta ahora, cuyos fósiles se han hallado en Jebel Irhoud (Marruecos). La reconstrucción se ha basado en la microtomografía computarizada de múltiples fósiles originales. Datados de hace 300.000 años, estos humanos ya presentaban un rostro similar al actual. Sin embargo, la morfología de su cavidad craneal (azul) indica que la forma del cerebro, y posiblemente también su función, evolucionaron dentro del propio linaje de Homo sapiens. [© Philipp Gunz, Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva / CC-BY-SA 2.0]


Ahora bien, de acuerdo al articulo en mención, ¿tú crees que con los hallazgos recién descubiertos, den pie a la investigación de nuevos yacimientos para encontrar otro eslabón perdido de la humanidad?

viernes, 19 de mayo de 2017

La humanidad consume más agua de la que se creía

La humanidad y todos los ecosistemas del planeta dependemos del agua dulce para sobrevivir. Los humanos la empleamos para nuestro propio consumo y aseo, así como para generar energía. También la utilizamos para regar los cultivos, ya sean de regadío (con agua superficial o subterránea) o de secano (con agua de lluvia), y para dar de beber y comer a los animales en los cuales basamos nuestra alimentación.
El consumo de agua ha venido incrementándose gradualmente con el crecimiento de la población y la mayor demanda de alimentos y energía. Distintos autores han calculado la cantidad de agua que utilizamos los humanos y se han preguntado hasta qué punto estamos agotando los recursos hídricos del planeta. Los resultados obtenidos son discrepantes. Ahora, un estudio publicado por el autor en Science el pasado diciembre concluye que ya habríamos superado el límite planetario sostenible de consumo de agua.
Huella hídrica
Para calcular la cantidad de agua que consumimos suele tenerse en cuenta el agua que tomamos de la lluvia, denominada agua verde, y la que extraemos de los recursos hídricos superficiales o subterráneos (ríos, lagos y acuíferos), denominada agua azul.
El consumo de agua azul y agua verde puede ilustrarse con el ejemplo de un sistema de riego que se abastece de un río para suplir de agua a un cultivo de tomates en España. El agua extraída del río, que corresponde a agua azul, es dispersada sobre la tierra del cultivo. La mayor parte de ella será absorbida por las raíces de las plantas de tomate para crecer y será transpirada a través de sus hojas, fenómeno conocido como evapotranspiración; o bien se evaporará directamente desde la tierra donde crecen las plantas. Se trata de agua azul consumida por la actividad agrícola. Pero, si llueve, las plantas del cultivo tomarán también el agua pluvial de la tierra húmeda y la transpirarán, lo que corresponderá a consumo de agua verde.