Luces que se vieron durante el sismo
Las luces que iluminaron el cielo de la Ciudad de México
durante el sismo de 8.4 grados son un fenómeno natural
producto de la carga electromagnética que generan las rocas
I colapsarse durante el terremoto.
e llaman luces de terremoto, también conocidas como EQL
por sus siglas en inglés, son un fenómeno que se ha
observado antes o durante un sismo. Los científicos
consideran que el fenómeno lumínico se produce por el
choque de las capas tectónicas, las cuales generan una carga
léctrica.
Esas ondas electromagnéticas ionizan el aire, al llegar a la
nubes chocan con las cargas eléctricas y provocan los destellos.
El físico de la NASA, Friedemann Freund, presentó desde
2001 una de las teorías más aceptadas sobre el
fenómeno. "Si el nivel de estrés (entre las rocas) es alto,
aparecen cargas electrónicas que transforman
momentáneamente la roca aislante en un semiconductor".
Los semiconductores son materiales que tienen un nivel de
conductividad eléctrica -entre el de un metal y un aislante-- y
se utilizan para fabricar transistores.
"Estas cargas (eléctricas) no son fáciles de medir. Se mueven
con una velocidad impresionante, tan alta como 300 metros
por segundo", dijo. Al medir las propiedades semiconductoras
de las rocas, Freund pudo demostrar que "cuando las rocas se
aprietan, las cargas (eléctromagnéticas) se despiertan y
fluyen (hacia afuera) del volumen de roca en el que se
generaron".
"Cuando las piedras de la corteza terrestre crecen y se doblan
bajo el ataque de las fuerzas tectónicas, las cargas
(electromagnéticas) que están latentes en ellas son liberadas
y dan lugar a una deslumbrante variedad de fenómenos que
incluso son parte del folclore de los terremotos en varias
regiones del mundo", dijo Freund.
"Estos fenómenos van desde señales eléctricas y magnéticas
anómalas, hasta luces de terremotos que iluminan las cimas
de las montañas y generan un extraño comportamiento en los
animales".
"Es sorprendente y reconfortante que muchos fenómenos
aparentemente inconexos o incluso inexplicables que
apuntan a la inminente actividad sísmica parecen tener sólo
una causa: el despertar y la propagación de cargas
normalmente latentes en las rocas más profundas de la
Tierra", dijo.
Explicó que siempre que hay un movimiento de carga
eléctrica se produce una corriente, asociada a un campo
magnético, que se transformará en ondas electromagnéticas.
Cuando esas cargas llegan a la superficie de la Tierra
provocan que ésta adquiera una carga positiva, que abarcaría
varios cientos de kilómetros.
El plasma cargado en la ionosfera reflejaría estos cambios
por consecuencia, explica la teoría de Freund, ya que la
ionosfera contiene grandes concentraciones de electrones
libres y de cationes en las capas más bajas.
La ionosfera se localiza sobre la atmósfera terrestre, y
comienza aproximadamente a los 90 kilómetros y se extiende
hasta una altitud de 300.
Cuando la superficie de la tierra adquiere un carga positiva
desalojando al plasma de la ionosfera, electrones con un alto
nivel de energía provinientes de capas superiores penetran
capas más profundas de la atmósfera terrestre.
"Es demasiado pronto y, de hecho, no es aconsejable esperar
que los terremotos pronto llegarían a ser predecibles más allá
de la probabilidad estadística que es actualmente el estado
de la técnica", dijo Freund. "Pero un día, aprenderemos a leer
las señales que la Tierra inquieta emite antes de que las rocas
se rompan con una fuerza mortal".
El fenómeno es real, aunque las personas suelen confundirlo
con estallidos de transformadores eléctricos.
Los registros de este fenómeno se reportan desde épocas
antiguas, sin embargo, han podido documentarse en la era
moderna desde la década de 1960, con el terremoto de
Japón.
Hay fotos y videos del fenómeno antes del terremoto en Chile
de 2010; en LAquila, Italia, en 2009; en Perú, en 2007; y
recientemente, en Ecuador, el año pasado.