sábado, 24 de diciembre de 2016

NAVIDAD Y CIENCIA SANTA

Los investigadores han tratado de explicar las bases científicas para los rituales navideños, desde los renos voladores que arrastran el trineo de Santa Claus hasta la estrella de Belén que guio a los Reyes Magos. En esta ocasión solo hablaremos de todo lo que puede implicar la entrega de regalos por papá Noel.

No tenemos que ser Científicos ni Escritores para preguntarnos el modus operandi de Santa Claus, hoy con apoyo de diferentes autores echaremos un vistazo a la rapidez que debería gastarse nuestro amigo gordito de traje rojo para poder llegar a todas partes, incluyendo su peso, el de sus renos, y los millones de regalos que transporta.

En el libro “La Física de la Navidad”  el autor Roger Highfield se dio a la tarea de explicar científicamente cada uno de los componentes de esta tradición, recabando opiniones de historiadores, matemáticos, genetistas, químicos, sociólogos y psicólogos. Más que despojar a la Navidad de su misterio, lo que el autor se propone es demostrar que aun las nociones más extravagantes y esotéricas pueden traducirse en términos científicos.

Comenzaremos hablando de la velocidad que requiere Santa Claus para recorrer todo el mundo, para empezar, Highfield menciona que Santa debería recorrer la cantidad de 510 millones de kilómetros en una sola noche, en unas 32 horas. Esto son aproximadamente unos 10.703.437,5 km/h, dando por sentado que no parará ni para echar un café y que su trineo lleva incorporados cañones lanza-regalos, o algo similar.

Hace algunos años, el científico británico Richard Dawkins concluyó en su libro “Destejiendo el arco iris” que el mito de Papá Noel era falso porque para visitar a todos los niños del mundo en una sola noche su trineo tendría que viajar a una velocidad varias veces superior a la del sonido, la cual a su turno generaría una tremenda onda sónica y una gigantesca explosión.

Pero Highfield defiende la tradición con otras evidencias. Hay en el mundo 2100 millones de niños menores de 18 años, según Unicef. Si se considera un promedio de 2,5 niños por hogar, Papá Noel debería hacer 842 millones de paradas en un solo día para entregar un regalo a cada niño. “Afortunadamente, Santa Claus tiene más de 24 horas para realizar su tarea”, concluye Highfield. Si su trineo viaja en dirección opuesta a la rotación de la Tierra, tendrá otras 24 horas extras para entregar sus regalos sin salirse del 24 de diciembre. Para cubrir una extensión calculada en 335,6 millones de kilómetros, su trineo deberá viajar a una velocidad de 2058 kilómetros por segundo.

Para explicar la ausencia de la espectacular explosión, Highfield recurre a la física cuántica y a la investigación de varios científicos que demuestran cómo el trineo está equipado para generar mecanismos antisónicos y cómo sería posible que los renos volaran.

Otra cosa que es que se preguntan investigadores y buscan explicación lógica es, ¿Y el peso de Santa, el trineo y los renos? ¿Cómo afecta la velocidad para su viaje?

Asumiendo una media de 1 kg por regalo, más o menos, esto nos dará la cantidad de 840.000 toneladas de juguetes, necesitando unos 5,6 millones de renos para poder transportarlo (aunque, si crees en la magia navideña como yo, pensaremos que lleva 8 renos todo-poderosos que han pasado el año en el gimnasio y son capaces de llevar todos esos juguetes y más). Aun así, pensando en todos esos renos, con un peso de 272 kg por reno, y sin contar el trineo, tendremos unas 2.363.200 toneladas entre renos y regalos. Todo esto viajando a 10.703.437,5 km/h (0,97 por ciento sobre la velocidad de la luz).

Pero aquí no acaba el asunto. Falta hablar sobre la poderosa habilidad de los renos voladores, Highfield lo justifica de la siguiente manera:

“En algún lugar en el polo Norte, debe haber un ejército de científicos que experimentan con lo último en materiales de elevadas temperaturas, tecnologías de computación genética y geometrías de espacio temporal, todos unidos para un solo propósito: crear renos voladores”

Una teoría acorde a nuestros conocimientos actuales sería la ingeniería genética, mediante la cual los renos podrían ser alterados de tal manera que sus pulmones fueran más grandes y pudieran llenarse de helio (el mismo gas usado en los globos). O, también podría haber otras teorías, como comenta el profesor Ian Stewart, profesor de matemáticas de la Universidad de Warwick:

Los renos poseen un aparato en la parte superior de sus cabezas que llamamos astas, si lo pensamos a las velocidades que deben viajar los renos para conseguir entregar los regalos, sus astas deberían dar la suficiente sustentación para poder volar sin problemas.

Aun así, se tendrían que tener en cuenta otras teorías. Por un lado, un trineo impulsado por cohetes sería poco factible, ya que el coste del combustible sería insostenible. Por ello debemos tener en cuenta a los duendes de Santa Claus, unos expertos ingenieros en las teorías de deformación del espacio-tiempo.

El trineo de Santa Claus podría introducirse dentro de una pequeña burbuja independiente de nuestro espacio-tiempo, viajando a mayor velocidad que la misma luz. Por su parte, la tecnología del conocido como “agujero de gusano” podría crear atajos cósmicos y dar una pequeña ventaja de viajes en el tiempo, consiguiendo así llevar a cabo todo el trabajo en una sola noche.

¿Y qué pasa con los regalos?

¿Todos merecemos recibir regalos?

Highfield habla sobre la existencia un libro titulado El gen egoísta, de Richard Dawkins (excelente libro, si eres biólogo no tienes que perdértelo). Esencialmente deberíamos ser egoístas, pero el altruismo es necesario para nuestra supervivencia. Y, no solo sucede en humanos, sino que en otras especies animales también se hacen regalos. En otros animales esto es fácilmente explicable, ya que se puede ser generosos con los familiares (por llevar los mismos genes) o con el fin de lograr la reproducción. Esto también ocurre con los humanos, en ambos casos, pues los regalos llegan a conseguir mucho. Pero existen situaciones donde nuestra especie es generosa con extranjeros, gente que ni siquiera conocemos ni tenemos relación alguna, y que puede que nunca volvamos a ver, pero igualmente somos generosos con ellos, ¿por qué?

Según el profesor Martin Nowak, de la Universidad de Harvard, hay una explicación evolutiva para este asunto:

“Yo te ayudo y finalmente alguien me ayudara” dando lugar así a la evolución de mundo competitivo donde reina la selección natural.

Y así acaban las teorías Navideñas de Highfield, de física yo no tengo mucha idea, pero de imaginación tengo mucha… y la magia de la navidad es la magia de la navidad. Sea como sea la familia Metrix Laboratorios les desea una “Feliz Navidad”. Gracias por permitirnos formar parte de su equipo.

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